Fiesta de la fin
Hace 20 años en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza nos llegó nuestro “San Martín”. Pero como nunca puedes decir que “de esta agua no beberé” (ni “este cura no es mi padre”) resultó no ser cierto del todo.
Pero eso, ¿quién lo iba a saber? Ni nosotros mismos sospechamos, y no ese día, sino los 7.300 de estos veinte años que han pasado, que cobraríamos vida otra vez, que volveríamos otra vez a un escenario ¡en carne mortal!
El concierto en Zaragoza del 23 de abril fue un regalo mayúsculo para las doce personas que subimos al escenario, para todas las que estaban detrás, arriba y abajo y que fueron y son Ixo Rai! Tanto nos vinimos arriba que prolongamos esa fiesta durante este verano volviéndonos a encontrar con viejos y viejas amigas por algunos lugares de Aragón.
Pero tenemos que cerrar de alguna manera este sueño que ha sido volver a juntarnos. Y parece, que aunque una buena cena siempre es un buen epílogo, en nuestro caso, y previendo la gente que querría apuntarse, deberíamos decantarnos por un buen concierto. Y para cerrar completamente el círculo, repetir en el mismo escenario en el que ya nos despedimos una vez. Queremos despedirnos con alegría y con amigos y amigas que nos acompañarán sobre el escenario esa noche. Por adelantado les damos las gracias por haber aceptado esta invitación.
Y a quienes debemos dar las GRACIAS con mayúsculas, MUITAS GRAZIAS, MOLTES GRASIES, es a la gente que nos empujó ese 23 de abril y nos decidió a prolongar la fiesta. Muchas de esas personas que han repetido en los conciertos de este verano, muchísimas que han ido por primera vez a algunos de esos conciertos. También, gracias, a los medios de comunicación y sus profesionales, locales y autonómicos, que se han hecho eco con cariño y entusiasmo de nuestra vuelta. También, gracias, a las empresas y profesionales que han hecho posible cada concierto, cada desplazamiento, cada ensayo, ofreciendo un Ixo Rai! del siglo XXI.
Gracias a todas estas personas hemos podido disfrutar de un año inolvidable.
Y gracias a Juanito Ferrández, que nos convocó, nos acompañó, nos hizo llorar (no tanto como nos hizo reír a lo largo de todos estos años) y fue la chispa que encendió este fuego que debemos apagar y guardar en nuestros corazones.
Hasta siempre, besos para todos y todas y a plantar fuerte!
Entalto Ixo Rai! Ta cutio! Per sempre!